Reflexión en tu interior |
Esta sección se anexa como una actividad de autoreflexión.
Los docentes la realizamos constantemente sobre nuestra labor educativa, y refleja tanto el ser, el saber y el hacer del docente en su intervención, así como los resultados obtenidos o no con los alumnos en una realidad compartida, yo integro una parte de mí en mi diario de trabajo y la considero como elemento que enriquece el proceso enseñanza y aprendizaje al reflejarse como una evaluación formativa que permite modificar y mejorar nuestro desempeño profesional para ser más competente.
Como pudieron percatarse "soy educadora" y la visión que la sociedad tenía o tiene aún de nuestro nivel se va modificando muy paulatinamente.
Considero que para algunos entornos sociales se dificulta entendernos como un nivel que promueve, favorece y propicia aprendizajes significativos en los alumnos, como un nivel que se responsabiliza por hacer posible el enfoque en el que el desarrollo de competencias son la base para los alumnos y que al egresar de la educación básica sean capaces de seguir con éxito su vida; ésta primera visión a la que en algún momento me he enfrentado, más enfáticamente al ingresar al servicio docente (hace ya 17 años) me ha impulsado a esforzarme por integrar a la comunidad, específicamente, a los padres de familia para asumir con mayor empeño la responsabilidad en la educación de sus hijos y a través de mi intervención modificar actitudes y compromisos a cubrir con sus hijos; he de ser sincera y decir que en ocasiones me ha resultado difícil con los padres o terceras personas a cargo pues las demandas socio-económicas bajas a las que atendemos les demandan su participación de otra forma, tienen diversas causas que no les permiten acrecentar esta responsabilidad, entre ellas: la falta de apertura, de escucha a la que no estamos acostumbrados, a sus tiempos tan limitados, a las prioridades que atienden o a delegar por ciertas costumbres la educación a la escuela sin lograr impacto en la toma de conciencia que implica este nivel. Pero también reconozco que buscando estrategias de comunicación podemos inferir con la comunidad para promover los aprendizajes que vamos favoreciendo en los alumnos y comprometerlos; me ha resultado un desafío pues implica tener un conocimiento amplio de los procesos de desarrollo como características de los menores en edad preescolar de cada competencia a favorecer, y con ello tener bases para orientar y dárselos a conocer a los padres de familia de forma en que ellos los entiendan y también los favorezcan ( reconozco que en la perspectiva educativa actual y la pedagogía hay cambios constantes y requiero profundizar), cuando se logra la vinculación docentes-padres de familia- aprendizaje los resultados son muy satisfactorios.
La evaluación formativa que se emplea en el nivel que laboro me ha permitido tener un acercamiento más eficaz con los padres de familia, me resulta en ocasiones compleja por la observación objetiva que se debe emplear, para percatarme de manifestaciones de cada uno de los alumnos a mi cargo y que frecuentemente es de 40, para registrar y dar a conocer en tiempo y forma a los padres de familia, y así considerar las modificaciones oportunas que necesite ajustar o integrar en el diseño de mis planes y después las refleje adecuadamente en mi intervención.
Cito textualmente a Rigo Lemini en donde expresa " que el día de hoy la profesión docente está sometida a numerosas exigencias desde la sociedad entera y esto lo hace más compleja y desafiante al tiempo que la enaltece y la toma aún más relevante" y de ello desde mi inserción en éste sistema educativo a la fecha actual se muestra claramente.
Considero que para algunos entornos sociales se dificulta entendernos como un nivel que promueve, favorece y propicia aprendizajes significativos en los alumnos, como un nivel que se responsabiliza por hacer posible el enfoque en el que el desarrollo de competencias son la base para los alumnos y que al egresar de la educación básica sean capaces de seguir con éxito su vida; ésta primera visión a la que en algún momento me he enfrentado, más enfáticamente al ingresar al servicio docente (hace ya 17 años) me ha impulsado a esforzarme por integrar a la comunidad, específicamente, a los padres de familia para asumir con mayor empeño la responsabilidad en la educación de sus hijos y a través de mi intervención modificar actitudes y compromisos a cubrir con sus hijos; he de ser sincera y decir que en ocasiones me ha resultado difícil con los padres o terceras personas a cargo pues las demandas socio-económicas bajas a las que atendemos les demandan su participación de otra forma, tienen diversas causas que no les permiten acrecentar esta responsabilidad, entre ellas: la falta de apertura, de escucha a la que no estamos acostumbrados, a sus tiempos tan limitados, a las prioridades que atienden o a delegar por ciertas costumbres la educación a la escuela sin lograr impacto en la toma de conciencia que implica este nivel. Pero también reconozco que buscando estrategias de comunicación podemos inferir con la comunidad para promover los aprendizajes que vamos favoreciendo en los alumnos y comprometerlos; me ha resultado un desafío pues implica tener un conocimiento amplio de los procesos de desarrollo como características de los menores en edad preescolar de cada competencia a favorecer, y con ello tener bases para orientar y dárselos a conocer a los padres de familia de forma en que ellos los entiendan y también los favorezcan ( reconozco que en la perspectiva educativa actual y la pedagogía hay cambios constantes y requiero profundizar), cuando se logra la vinculación docentes-padres de familia- aprendizaje los resultados son muy satisfactorios.
La evaluación formativa que se emplea en el nivel que laboro me ha permitido tener un acercamiento más eficaz con los padres de familia, me resulta en ocasiones compleja por la observación objetiva que se debe emplear, para percatarme de manifestaciones de cada uno de los alumnos a mi cargo y que frecuentemente es de 40, para registrar y dar a conocer en tiempo y forma a los padres de familia, y así considerar las modificaciones oportunas que necesite ajustar o integrar en el diseño de mis planes y después las refleje adecuadamente en mi intervención.
Cito textualmente a Rigo Lemini en donde expresa " que el día de hoy la profesión docente está sometida a numerosas exigencias desde la sociedad entera y esto lo hace más compleja y desafiante al tiempo que la enaltece y la toma aún más relevante" y de ello desde mi inserción en éste sistema educativo a la fecha actual se muestra claramente.
La experiencia que he tenido en los planteles que he laborado, los horarios de atención en el servicio, los cambios en los programas a los que me he enfrentado, las características del entorno social y cultural de los alumnos del cual soy partícipe pues donde laboro es muy cercano, la importancia de un equipo colegiado sólido, la pertinencia y apoyo de las autoridades, la innovación en el diseño de situaciones de aprendizaje, la comunicación con los padres de familia oportunamente, la forma de evaluar formativa y sistemáticamente, el ambiente de aprendizaje para una convivencia sana y pacífica, la no violencia, la atención a la diversidad, el fomento a la lectura, los programas de apoyo la toma de decisiones basadas en la ética profesional, la atención a los pequeños con BAP, los rasgos de la normalidad mínima, los perfiles, parámetros e indicadores que debo cubrir, así como la capacidad de asombro que trato de no perder y la creatividad profesional que debemos ejercitar al diseñar las situaciones de aprendizaje o los proyectos, entre otras tantas razones del ser educadora; todas, me implican compromiso, me han ido modificando la forma de pensar y mi intervención directa con todos los agentes educativos pero también me ha puesto la meta de no perder de vista la intencionalidad de lo que deseo logren mis alumnos para que aprendan y así centrar todo el proceso de aprendizaje en mis alumnos lo cual trato de mantener presente cuando estamos en el aula, !hé aprendido tanto de ellos! me he enriquecido a su lado, en otras me he estresado, pero la conciencia ética me permite enfrentar los retos actuales.
Deseo compartirles una experiencia desafiante en mi desempeño profesional al remontarme un poco a mis ayeres cuando era practicante pues tuve experiencia con maternales y no fue nada grata, me marcó, ello implicaba ya siendo educadora que tuviera cierta resistencia con los más pequeños-los de 1° ; después de muchos años me asignaron ese grado en un turno vespertino y oh! grata sorpresa, el haber tenido conocimiento de sus características, necesidades y procesos previamente en un curso de actualización me permitió respirar y enfrentar ese miedo a lo desconocido y a no repetir esa experiencia mala, en los primeros días lloraba (por así decirlo) junto con ellos, pero al buscar que mi actitud de aceptación y empatía se reflejara en mi intervención y se hiciera oportuna, me abrió una posibilidad impresionante de experimentar, de reinventar, de ver logros a otro ritmo de aprendizaje, de atender el campo formativo de desarrollo personal y social de otra forma a las que luego con los de tercer grado no se atiende (pues la mayoría de veces he servido a tercero de preescolar) por atención a la graduación de actividades; me dí a la tarea de indagar más sobre el campo de lenguaje y comunicación de forma que impactara en los aprendizajes de los pequeños, en fin, todo un ciclo escolar que me permitió reflexionar sobre ese compromiso que demanda no solo la sociedad sino todo docente en su interior ya que como lo mencionan en la lectura nos invita a esta parte de la autoreflexión, de esa necesidad de reconocerse carente de saberes pero que al actualizarse y ponerlos en practica permite que el docente como ser humano, ser social, ser institucional, ser enseñante, sea relevante para sí mismo y esté satisfecho de sus logros pero también consciente de sus áreas de mejora.
Hay varias experiencias en cuanto a las enseñanzas que me han aportado mis autoridades a través de la observación directa, de las devoluciones que me han brindado con respecto a mi práctica unas gratas y otras no tanto que me gustaría compartir, otras con mis compañeras, los padres de familia y con mis alumnos, las cuales integraré poco a poco en ésta página, sin perder de vista lo que ha implicado en mi vida personal pues también he tenido reflexiones ya que el ser docente no se puede separar, citando a Lemini: " Especialmente se evidencia una obviedad tantas veces soslayada, el docente es ante todo un ser humano con una vida personal que ayuda en mucho a entender su fisonomía académica y profesional", por el momento me quedo hasta aquí por que también soy mamá.
Deseo compartirles una experiencia desafiante en mi desempeño profesional al remontarme un poco a mis ayeres cuando era practicante pues tuve experiencia con maternales y no fue nada grata, me marcó, ello implicaba ya siendo educadora que tuviera cierta resistencia con los más pequeños-los de 1° ; después de muchos años me asignaron ese grado en un turno vespertino y oh! grata sorpresa, el haber tenido conocimiento de sus características, necesidades y procesos previamente en un curso de actualización me permitió respirar y enfrentar ese miedo a lo desconocido y a no repetir esa experiencia mala, en los primeros días lloraba (por así decirlo) junto con ellos, pero al buscar que mi actitud de aceptación y empatía se reflejara en mi intervención y se hiciera oportuna, me abrió una posibilidad impresionante de experimentar, de reinventar, de ver logros a otro ritmo de aprendizaje, de atender el campo formativo de desarrollo personal y social de otra forma a las que luego con los de tercer grado no se atiende (pues la mayoría de veces he servido a tercero de preescolar) por atención a la graduación de actividades; me dí a la tarea de indagar más sobre el campo de lenguaje y comunicación de forma que impactara en los aprendizajes de los pequeños, en fin, todo un ciclo escolar que me permitió reflexionar sobre ese compromiso que demanda no solo la sociedad sino todo docente en su interior ya que como lo mencionan en la lectura nos invita a esta parte de la autoreflexión, de esa necesidad de reconocerse carente de saberes pero que al actualizarse y ponerlos en practica permite que el docente como ser humano, ser social, ser institucional, ser enseñante, sea relevante para sí mismo y esté satisfecho de sus logros pero también consciente de sus áreas de mejora.
Hay varias experiencias en cuanto a las enseñanzas que me han aportado mis autoridades a través de la observación directa, de las devoluciones que me han brindado con respecto a mi práctica unas gratas y otras no tanto que me gustaría compartir, otras con mis compañeras, los padres de familia y con mis alumnos, las cuales integraré poco a poco en ésta página, sin perder de vista lo que ha implicado en mi vida personal pues también he tenido reflexiones ya que el ser docente no se puede separar, citando a Lemini: " Especialmente se evidencia una obviedad tantas veces soslayada, el docente es ante todo un ser humano con una vida personal que ayuda en mucho a entender su fisonomía académica y profesional", por el momento me quedo hasta aquí por que también soy mamá.
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